A la mañana siguiente los dos amigos fueron a un lago
muy lejos del pueblo, ya que era el único lago a kilómetros de allí. Observaron
un cisne que estaba cerca de ellos, pero aquel cisne tenía algo raro, no era
como los demás. Tenía un lenguaje raro, él ladraba. Marilín y Garoé se quedaron
asombrados y le preguntaron si era un cisne normal. En ese momento el cisne
levantó una de sus alas, que se hacía
cada vez más grande. Al volver a dejar su ala como antes, los dos amigos se
encontraron en un misterioso y raro mundo llamado “El mundo del revés”. Aquello
era muy raro: nadaba un pájaro y volaba un pez, que nadie bailaba con los pies
y que dos y dos eran tres.
Marilín y Garoé se quedaron asombrados ante aquel
mundo y, mientras observaban aquel lugar, se acercaron dos personas llamadas
Isaac y Mono Liso. Ellos eran los únicos habitantes de aquel sitio y les
indicaron dónde tenían que pasar la noche. A la mañana siguiente, Isaac, Mono Liso,
Garoé y Marilín cogieron rumbo hacia un bosque. Pasaron toda la tarde allí y
Garoé se lo estaba pasando genial. Más tarde, fueron a la playa. Después a
tomar un helado, recorrieron todo aquel
mundo. Al anochecer se fueron a su casa hasta la mañana siguiente, que era el
día en que tenían que regresar a su mundo.
Por la mañana volvieron a su lugar y dejaron aquel
mundo atrás. Marilín le pidió perdón por no pasar mucho tiempo con él, pero
Garoé le dio las gracias porque jamás había pasado tal aventura y además había
encontrado a una amiga para pasar toda la vida con ella.
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